DE CÓMO EMPECÉ Y TERMINÉ EL 2014 – PARTE I
El 8 de enero del 2.014 me corté el pelo. Parece algo frívolo y superficial, principalmente viniendo de una mujer adulta, independiente y (desde mis ojos) exitosa de 42 años. Sin embargo, nada más profundo que esa decisión. Creí, la verdad, que me tomaría más tiempo en ejecutarla, pero creo que por ya haber perdido, ofrendado y soltado tantas cosas en mi vida, el apego a mi largo cabello crespo no era tan fuerte como creía.
Alguna vez vi una película de la India, donde la protagonista ofrendaba su largo cabello a su amor, que a su vez, era prisionero y moriría ejecutado. No ofrendó su cabello con la esperanza de que este acto le salvara la vida. De igual forma fue ejecutado. Lo ofrendó con la esperanza del cambio, de mejores cosas por venir a raíz de este trágico acontecimiento. Lo ofrendó por ella misma…y basado en este hecho decidí, debido a múltiples acontecimientos sucedidos en el 2.013, que necesitaba un cambio.
La verdad tengo una vida tal como la soñé y sé que a muchos les gustaría vivirla. Principalmente porque es poco convencional y muy libre. Gano más y trabajo menos que cuando estaba empleada, sólo realizo actividades que disfruto y dispongo del tiempo para decidir cuándo tomarme mis vacaciones y por cuánto tiempo. Se podría decir que a nivel profesional me he salido del sistema y me he inventado uno propio. Pero en el otro polo, mi vida emocional y financiera sigue metida completamente en él, aunque ahora que lo pienso, tampoco son razones suficientes para desear el gran cambio.
El caso es que me cansé. Me cansé de ser independiente y exitosa. Me cansé de ser libre y poco convencional. Me cansé de seguir enredada dentro del sistema financiero y del drama emocional. Me cansé de tener 42 años y ser tan responsable…espiritualmente. Entiéndase este punto como el estar consciente de que toda situación que vivo es mi propia creación y así mismo tiene un aprendizaje para mi que así mismo deriva en un proceso de transformación y cambio interior de manera consciente.
La intención era recibir el 2.014 con mi nuevo look, pero el 2.013 se encargó de enredarme la vida hasta el último minuto (por supuesto no fue el 2.013, fui yo misma creando esa realidad). Así que el 2.014 llegó con el primer drama emocional (creado por mi, por supuesto) con un gran amigo médico español decidido a “cabrearme” a través de una terapia de choque muy profesional a través de what´sapp y con un diagnóstico final donde me decía que tenía que cambiar mi polaridad energética ya que sólo atraigo “jilipollas”. En fin…logrado su objetivo no hice si no llorar los 3 días siguientes tratando de comprender qué estaba haciendo mal.
Todo lo que me he propuesto lograr en mi vida lo he alcanzado. De hecho, me volví experta generando cambios en mi vida, pero al parecer, en lo que respecta a los hombres, sigo teniendo el chip del drama de telenovela. Y también me cansé de revisarme interiormente, de encontrar el punto que debe ser transformado para así atraer algo diferente. Y por supuesto también me cansé de mi amigo español y sus diagnósticos.
Así que la idea del cambio cobró más fuerza y decido montar un plan. Un plan que incluye cortarme el pelo. Una ofrenda por mi.
…to be continued…
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