CREAR UN NUEVO UNIVERSO
Mi vida la he caminado mezclando dos premisas aparentemente opuestas: “dejar fluir” y “crear tu propia vida”. Esto me ha llevado a tener cada día más claro quien soy, a comprender más a fondo lo infinito de nuestras capacidades creativas y lo más importante, lo infinito también de nuestra capacidad de transformación.
Siempre he agradecido todos los caminos que he recorrido, pues cada uno de ellos ha permitido mi crecimiento profesional y personal. Pero he agradecido más que todo la experiencia de casi 15 años como empleada en empresas nacionales y multinacionales en el área de producción,ventas y mercadeo. Considero esa etapa de mi vida como fundamental, pues aprendí a relacionarme con el ser humano, descubriendo diferentes maneras de acercamiento y creación de vínculos.
Y aunque recordaba esa etapa de mi vida con gratitud, también la recordaba con alivio, pues al volverme independiente y ser mi propia jefe, decidí que esa libertad valía mucho más, que la garantía de un salario. Y todo muy bien hasta que se manifiesta en mi mundo el amor y con ello vivir en el extranjero. Si bien ambas creaciones estaban en mi lista, no hacía parte del plan que llegaran juntas. Y mucho menos los cambios tan impresionantes que generaron en mi vida. Sin embargo, fluí. Tenía claro que si quería seguir siendo yo, tenía que aprender el idioma. Y dediqué dos años a ello. Durante ese tiempo, fluyendo y creando, llegaron los recuerdos de cómo había yo logrado ser independiente y llegó también el recuerdo de un libro que leí en el pasado sobre el patrón creativo a través de la Flor de la Vida: “Todo lo que se requiere para completar y crear todo en el Universo entero son dos simples instrucciones: Moverse hacia aquello que fue creado recientemente y proyectar otra esfere igual a la primera” y después de mucho sentirlo, comprendí que era importante, en este nuevo país,empezar como empecé en el pasado: empleándome.
Durante el curso de Integración a la Cultura que recibimos los inmigrantes, hubo una información que me quedó rondando en el pensamiento. “La prueba de que estás integrándote a la nueva sociedad donde vives es cuando aprendes el idioma, te comunicas, empiezas a trabajar y empiezas a tener amigos”. Pues bien. Así sea. A empezar a crear mi nuevo trabajo mientras terminaba de estudiar el idioma. No faltaron los conflictos y los enredos de la mente que me hacían dudar sobre este paso. ¿Significaba emplearme echar por la borda todo lo logrado? o ¿significa más bien la oportunidad de profundizar en la cultura y las características de quienes la habitan? Aún no sé la respuesta. El caso es que tenía muy claro lo que quería para mi nuevo trabajo y aquí estoy en el trabajo ideal para este momento de mi vida y al mismo tiempo escribiendo este blog como una forma de encontrar respuestas. Mis conclusiones hasta ahora:
. Definitivamente nuestro poder creador es infinito. Basta con confiar en ello.
. Volver a sentirme productiva después de 2 años de dependencia económica no tiene precio.Y doy infinitas gracias por ello.
. No importa la cultura, no importa el país. El ser humano es el mismo con sus grandezas y potenciales de desarrollo.Y la vida empresarial es uno de sus tantos reflejos.
. No hay tiempo de pausa en el proceso creativo, pues definitivamente la libertad sigue valiendo más que un salario fijo. Y mientras se crea, a fluir con el presente.
. Cuando el Ser y el Hacer están claros, llegan las personas y situaciones que van marcando el camino, generando nuevas ideas y con ello nuevos procesos creativos.
Y sí. Idioma, trabajo y amigos. Qué importantes para empezar a sentirse como en casa.
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