POR QUÉ PEREGRINAR
Siempre disfruté mucho viajar. En bus, en avión, en carro, como fuera. La idea de salirme de mi propio mundo y explorar lugares diferentes con o sin comodidades, por pocos o muchos días siempre me ha encantado. Y hace más de veinte años, cuando comencé a viajar con sentido espiritual, descubrí la importancia de salir de vez en cuando a peregrinar. El término “peregrinación” proviene del latín peregrinatio y significa viaje al extranjero o estancia en el extranjero. Según los orígenes etimológicos, el peregrino es el expatriado o exiliado que se desplaza para encontrar el contacto con lo sagrado mientras llega a su destino, que normalmente es un lugar que tiene connotación divina acorde a su creencia religiosa.
Hoy día, continúa esta práctica antigua en casi todas las religiones actuales y dependiendo de cada una de ellas hay ciertos parámetros que cumplir para que la peregrinación pueda cumplir su efecto. Tenemos la ventaja que la mayoría de los sitio sagrados que existen hoy han sido construidos encima de antiguos sitios sagrados que a su vez también fueron construidos encima de otros. La mayoría respetan las diferentes corrientes energéticas de la tierra por lo que hace que estos sitios tengan un efecto especial en nosotros cuando llegamos a visitarlos.
Sin embargo, mi experiencia personal me ha permitido comprender la importancia del camino que se recorre antes de llegar al sitio sagrado. El hecho de salir de mi entorno y partir a una peregrinación, sea cual sea, ya implica un dejar atrás. Un desapego y un cierre de ciclo la mayoría de las veces inconsciente. Un llamado que proviene desde mi interior camuflado en el deseo de aventura y vacaciones. Viajar con un sentido espiritual me permite realmente vivir el hoy como lo único que existe, desconectarme de lo que hasta ese momento fue mi vida y realmente escuchar mi cuerpo y todo lo que me rodea. Es esa certeza de que tengo que disfrutar al máximo cada paisaje que voy recorriendo, pues inmediatamente lo voy dejando atrás. Y es ese paisaje el que se va volviendo el espejo más importante. Un gran Maestro dijo alguna vez: “El paisaje que ves, es el reflejo del estado de ánimo del mago que hay en ti” y empezar a reconocerme en ese paisaje es una gran tarea.
¡Bueno, y además está la diversión! Es tanta, que así sí dan ganas de madrugar para no perderme ni un segundo del día. La gente que vas conociendo y que normalmente trae consigo el mensaje que esperabas, la comida que a veces cae bien, a veces mal, el esfuerzo físico que te hace admirar y respetar cada vez más el cuerpo físico y así tantas cosas inesperadas que van surgiendo a medida que voy avanzando. Pero lo más importante es, que como inconscientemente he dejado una vida atrás, inconscientemente también estoy avanzando hacia una nueva con lo aprendido durante el trayecto. Y es éste el misterio de la peregrinación. Que no puedes planearla ni en tiempo ni en espacio y cuando finaliza es cuando realmente comienza en un nuevo ciclo de vida.
Acompáñame a través de este blog a mi siguiente peregrinación: ¡La Via Francigena! A partir del 2 de septiembre desde los Alpes y caminando diariamente hasta llegar a Roma. Fotos, meditaciones y diferentes actividades para que, en la distancia, te conectes y puedas vivir tu propia peregrinación. ¡Tanti Auguri!
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