PEREGRINAR SIN UNA META FIJA
En menos de un mes empiezo un nuevo camino, esta vez en compañía de mi esposo. Realmente no me preocupa caminar con él, pues fue de ésta forma en que nos conocimos. Y, como todos los caminos, muy seguramente esta vez aprenderé algo nuevo no sólo a través de hermosos paisajes, sino de diferentes situaciones de convivencia. Así pasa cuando sales a caminar. Lo realmente diferente esta vez, es que no hay un destino final. Siempre creí que los caminos de peregrinación como el de Santiago o la vía Francígena tenían una importancia ancestral más allá de cualquier religión. Pero ahora, estudiando sobre el camino de Asís, me doy cuenta de que no siempre es así.
Primero el camino de Asís fué creado por una señora italiana, que al hacer el camino de Santiago y ser devota de San Francisco, decidió crear una camino por los lugares que el santo visitó o que durante su vida, marcaron un punto importante. Francisco sí hizo una peregrinación, pero a Santiago de Compostela. No la hizo a Roma, ni a Jerusalén. Sí visitó Roma, mas no como un peregrino, sino para defender la creación de su Orden y para defender sus ideas con respecto a ella.
Entonces, haré un camino que tiene importancia, por supuesto, pero digamos que fué inventado siguiendo un orden no cronológico, solamente una dirección que puede o no terminar en Roma. De hecho, la inventora original del camino de Asís, no finaliza el camino en Roma. Otras versiones creadas por otros peregrinos lo extienden hasta allá y actualmente esta misma mujer acaba de diseñar un extención que sigue sin pasar por Roma, pero que termina en el mar, en el puerto para seguir hacia Jerusalem.
A raíz de esta información, pues mi primera idea de trabajo interior es ésta: peregrinar sin una meta fija. Caminar tratando de leer las señales que me lleven a incorporar este propósito en mi vida diaria: no tener una meta fija. Difícil, pues siempre he sido una mujer de metas. Metas grandes, pequeñas, por supuesto mientras las logro recibo sorpresas inesperadas, pero al fin y al cabo siempre hay una meta. El sentir que tengo un reto es el motor de mi fuerza pero tal vez sea el momento de simplemente llevar mi vida experimentando sin valorar, de tener sueños sin comenzar una carrera desenfrenada para cumplirlos. El placer de soñar sin sentir la necesidad de tener que cumplirlo. ¡Y todo esto en pareja!
Aunque las religiones cumplieron su tiempo conmigo, tengo una lista de personajes a quienes admiro por dejar una huella en sus diferentes religiones, ya que esa huella en la historia generó cambios sociales que a su vez propiciaron más cambios. Uno de ellos es Francisco de Asís. A su manera fue un rebelde, a su manera confrontó a las autoridades de Roma, habló de la unicidad con animales y naturaleza y se atrevió a recitar Hermano Sol, hermana Luna. Y bueno, muchas leyendas hay detrás de su vida, que si son ciertas o no, cumplen su función inspiradora para quien quiere escuchar y despertar.
Aprender a no tener metas fijas…o tal vez solo soñar, sí que me haría la vida más simple y más divertida.
Buen camino, buena gente.
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